3/3/10

Ahora toca competir en innovación (III)

Tercer factor clave: el compromiso
Artículo publicado en durangon.com, 2010.03.03

En la terna de artículos que este medio me ha permitido publicar en la red, he pretendido marcar algunas de las líneas que ni podemos olvidar ni podremos omitir en la solución a esta crisis económico-financiera. Haciendo un rápido recorrido por los mismos, en un primer texto se subrayaba la educación como la savia que debe correr desde las hojas, cada uno de los agentes sociales, hasta el nuevo tronco económico que sustente un crecimiento sostenido y sostenible a largo plazo. Evidentemente, ninguna de esas hojas sería capaz de irrigar savia al tronco, sino fuera por el trabajo conjunto de todas ellas; del trabajo en red versaba el segundo artículo.

En este último de la terna de factores para competir en innovación, no podía olvidarme del compromiso. Parafraseando a Gary Hamel, reconocido experto en estrategia, podemos afirmar que hemos pasado de una Economía Industrial a una Economía del Conocimiento y de aquí a una Economía del Compromiso. El verdadero tema esencial no es sólo el conocimiento, sino el corazón, la pasión, la visión global, la energía y el compromiso.

Creo que la frase da para mucho más que unas osadas líneas. Sin embargo, tras pasar por la dimensión educativa y la interpersonal, no podía olvidar que existe un factor interno, intrapersonal e intransferible que va a ser clave en la superación de esta crisis, que no es otro que el compromiso.

La visión externa
En los últimos años, en diferentes contextos, he tenido ocasión de hacer de anfitrión en Euskadi de profesionales de diferentes ámbitos de conocimiento provenientes de países europeos como Irlanda o Finlandia. Ambos países, han sido o son referencia para nosotros; el primero por haber tenido el crecimiento económico más importante en la vieja Europa en las últimas décadas, y el segundo por ser un referente en bienestar social.

Sin embargo, los interlocutores de ambos países han venido a coincidir en que admiraban de la sociedad vasca su capacidad de implicarse, de apasionarse con su trabajo diario, de buscar nuevas fórmulas para solucionar los problemas… de alguna manera, eso que Hamel denomina corazón, pasión, energía y compromiso. Quizás en eso podamos darles alguna humilde lección. Sucede frecuentemente que una mirada externa, ajena, es capaz de dar con lo que a pesar de mirar no encontrábamos. Puede que una gran parte de la solución esté dentro, sin necesidad de buscar fórmulas ahí fuera.

Euskadi no pasea por la Gran Vía
Y permítame el lector que afirme una obviedad, pero si eso que otros identifican en nosotros existe, es que está en cada uno de nosotros. No he visto pasear a Euskadi por la Gran Vía, decía un buen amigo mío, y es absolutamente cierto, por la Gran Vía pasean ciudadanos y ciudadanas, con nombre y apellidos. A esta crisis no le va a dar solución otro; sea el Gobierno, la Unión Europea, la banca, el FMI, el INEM… no, mucho me temo que no, a los hechos me remito. A esta crisis tendremos que hacerle frente entre todos, entre cada uno de nosotros, comprometiéndonos cada uno en lo suyo.

Y es que ya lo decía una canción de B. Kapanaga:
Herria maitatzeko era asko dago.
Irakasten ta ikasten, arrantzetan nahiz pentsatzen.
Lur lanetan nahiz pintatzen, fabriketan nahiz kantatzen,
pentsatzaileak loa galtzen. Herria dugu maitatzen.