21/10/10

Innovación social, joven y sobre ruedas

Publicado en Durangon.com, 17.10.2010.
Llevaba tiempo buscando un momento para poder compartir esta reflexión, que ya desde que tuve conocimiento de la iniciativa que la ha provocado, pensaba que merecía la pena. Quizá los lectores valoren que son sólo ensoñaciones de un columnista; aún a riesgo de serlo, ahí van estas líneas para los innovadores sociales, jóvenes de pensamiento, que se lanzan a la carrera de emprender.

En este mismo medio tuvieron cabida algunas líneas que recogían el proyecto “Intercambio sobre ruedas” promovido por la Sociedad Ciclista Duranguesa. O mejor dicho, por un joven entrenador de dicha sociedad, histórica en nuestra villa.

Fundamentalmente, y para que los lectores puedan juzgar por sí mismos, se trata de que jóvenes ciclistas aficionados que practican en la Duranguesa el deporte de sus amores, el ciclismo, puedan convivir con una familia francesa o británica un mes del año, mientras se incorporan al pelotón aficionado de los países de destino. A la vuelta, un joven francés o británico hace lo propio en Durangaldea, inmerso en una familia y en el pelotón aficionado vasco.

Primer puerto puntuable: practicar deporte
Si ya resulta difícil crear afición por un deporte minoritario como es el ciclismo, lo es más cuando sus referencias mediáticas viven de sobresalto en sobresalto. El mundo del ciclismo se ha buscado sus propios problemas con los diferentes episodios de supuestos y confirmados casos de dopaje, que yo no me atrevo a juzgar. Sin embargo, la reiteración de los mismos ha dejado un halo de sospecha sobre el deporte mismo.

Pero no es menos cierto, que los medios de comunicación y la sociedad, nos hemos encargado de convertir a todos los deportes en minoritarios, a excepción del fútbol. Flaco favor les hacemos a niños y niñas de temprana edad, cuando condicionamos por acción u omisión la posibilidad de que practiquen más de un deporte, hasta que definitivamente se deciden por el más les gusta; lo normal en esta sociedad es que mi padre/madre me dice que me gusta el fútbol.

Meta volante: conocer una nueva cultura
En un mundo globalizado y multicultural es cada vez más importante reconocer al diferente, al cercano pero también al lejano. Una experiencia vital como un intercambio durante el verano se convierte en imborrable para cualquier joven.

Pero esta experiencia tiene la virtud de estar al alcance de la mano de cualquier familia. No requiere de importantes desembolsos para viajar a un país extranjero y costearse una estancia en una familia de acogida, donde uno se encuentra con más jóvenes en su misma situación. Sólo hace falta que la familia del joven esté dispuesta a acoger en su hogar a otro joven durante un mes. No se me ocurre formula más social para fomentar el intercambio cultural.

Sprint final: aprender idiomas
Ya no basta con dominar las dos lenguas co-oficiales de nuestro país, ahora hay que dominar una lengua extranjera. Ya hemos llegado al consenso social sobre este asunto. ¡Por fin! Cada vez que viajaba fuera de Europa, me preguntaba a qué estábamos esperando. El método es ideal; vincular a la afición de los chavales el aprendizaje de idiomas, y además de forma natural, por inmersión cultural.

Así llegamos a meta; exhaustos pero convencidos de que merece la pena. Merece la pena emprender nuevas aventuras por carreteras bacheadas, con esas pendientes que hacen que duelan las piernas…

Innovación social en estado puro, hecha por jóvenes para jóvenes, como forma de dibujar el futuro que sueñan: sano y que practica deporte, intercultural, plurilingüe, innovador, socialmente equitativo. Y la carrera empieza hoy, aquí, desde la realidad actual…

12/10/10

El roble en la bellota

Publicado en durangon.com, 03.10.2010.

Nadie elige los tiempos que le toca vivir; sencillamente, tocan y hay que saber vivirlos. Sin duda alguna, la crisis que nos está tocando superar no pasará desapercibida en la línea vital de casi ninguno de nosotros, aunque sólo sea por las reflexiones que ha provocado en cada uno. No es fácil sacar una única lección de esta experiencia vital, pero quizá debamos aprender de las universales leyes de la naturaleza.

Ex-ducare
Recurriendo a la raíz latina de la palabra Educación, nos encontramos con una primera lección, que tanto en el mundo de la empresa como en la propia educación ha dado lugar a teorías y grandes pensamientos.

Educar, en su etimología, significa sacar de dentro a la luz. Ese es el cometido de profesores e instituciones docentes, hacer que todas las potencialidades de los alumnos salgan a la luz, se desarrollen y den sus frutos, en forma de personas íntegras a la vez que críticas, respetadas y respetables.

Las leyes de la naturaleza
La lección que podemos extraer de la citada acepción latina se ve reforzada en las leyes de la naturaleza. Y es que desde tiempos inmemoriales, desde que la especie humana comenzó a labrar la tierra para obtener alimentos, entendió que dentro de la semilla estaba el trigo, que en la bellota estaba el roble. Lo importante era conocer las condiciones que hacían que el trigo saliera a la luz, que el roble germinara y creciera alto, fuerte y esbelto, capaz de afrontar las inclemencias meteorológicas.

Y a base de mucho trabajar, de preparar el terreno para que fuera fértil, regar cuando correspondía, abonar… de dentro salía el roble, alto, fuerte, esbelto… y aprendimos que era cuestión de tiempos y dedicación.

Lo que se nos había olvidado
Y es que en estos últimos años, se nos había olvidado que el roble estaba dentro de la bellota, que la fortaleza, la belleza está dentro y no fuera. Y así se nos ha olvidado crear las condiciones para que el roble germine en la bellota.

Porque esta crisis, sobre todo, es una crisis de valores. Hemos buscado la fortaleza en la acumulación de riqueza, en el consumo desmedido; hemos encumbrado estereotipos sin contenido, sólo por su bello continente, olvidándonos que la belleza duradera está en las personas íntegras y críticas, respetadas por ser respetables.

Espero que esta lenta recuperación de la crisis nos sirva para labrar tierra fértil, regar, abonar el terreno… para que llegada la primavera, las bellotas dejen paso a robles altos, fuertes y esbeltos. Decía A. Einstein que los problemas no tienen solución en el mismo nivel de pensamiento desde donde fueron creados, y ahora toca buscar el valor dentro y no fuera.