26/6/11

Paradojas laborales vascas

Publicado en durangon.com, 26.06.2011

Esta misma semana, cinco nuevas trasferencias han volado hasta Euskadi. Si bien estaban ya contempladas en el Estatuto de Gernika, aprobado hace más de 30 años, estamos de enhorabuena. Sin duda, esto significa más autogobierno vasco. Con suerte, algún día seremos capaces de anunciar que habrá sido la Ley que más se ha tardado en completar de la historia. Mientras tanto, llevará la vitola de ser la norma que, conscientemente, el poder legislativo más amplia y extensamente ha incumplido.

Paradojas que sólo pueden persistir en Euskadi, a la vez que se reivindica que ‘las leyes son para cumplirlas’ (A. Pérez Rubalcaba, 16.06.2011).

Marco socio-laboral
Si bien el Estatuto de Gernika, con su pleno desarrollo, dotaría a Euskadi de un amplio autogobierno, en el ámbito laboral existen limitaciones importantes. De hecho, el artículo 12 del mismo convierte a las administraciones vascas en meros ejecutores de la legislación estatal en esta materia.

Sin embargo, la realidad socio-laboral vasca es totalmente distinta a la estatal. Empezando por la estructura productiva, donde la industria tiene un peso relativo importante, y pasando por la tasa de desempleo de Euskadi que, aún siendo importante, ronda niveles europeos, muy por debajo de la tasa de paro española.

A nivel sindical, también hay grandes diferencias. Si CC.OO. y UGT son los sindicatos “más representativos” en el Estado (con más del 10% de representantes sindicales), en la Comunidad Autónoma Vasca y Nafarroa los son ELA-STV y LAB (que superan el 15% de representantes). Esto, básicamente, significa que cualquier cambio importante en materia laboral ha de ser acordado con los sindicatos ‘más representativos’.

Y como la normativa laboral se establece desde Madrid, por carecer Euskadi de competencias, la representación social vasca se ve privada de interlocución en ese proceso, al que sí son llamados CC.OO. y UGT. Esa, entre otras razones, subyace al hecho de que el pasado 23 de marzo de 2011 las centrales vascas ELA-STV y LAB se manifestaran en Madrid.

Algo con nada
El actual contexto normativo no permite soñar con cambios radicales en esta materia, pero algo se puede hacer. De hecho, en este último paquete de trasferencias también se ha acordado otorgar más capacidad al Gobierno Vasco en la tramitación de EREs (Expedientes de Regulación de Empleo). También en el anterior acuerdo de transferencias, se consiguió que la Inspección de Trabajo viniera a Euskadi que, bien utilizada, podrá marcar diferencias en la aplicación de la normativa laboral.

Esta semana, en la admisión a trámite de la última reforma laboral en el Congreso, se ha aceptado la inclusión de enmiendas. Concretamente, parece viable una enmienda que respete el ámbito vasco de negociación colectiva. Será sin duda poco para la singularidad del ámbito socio-laboral vasco, pero para ser una norma estatal, puede ser mucho. Y, paradojas del destino, se habrá logrado sólo con una abstención.

Realmente, el Estatuto de Gernika se ha tornado en una herramienta imperfecta para establecer un ámbito vasco de relaciones laborales pleno. Sin embargo, y mientras no tengamos otro marco normativo, debemos explorar todos sus límites para hacer un país a nuestra imagen y semejanza.

19/6/11

Carta abierta a Europa

Publicado en durangon.com, 19.06.2011

Dear Europe:

Soy un ciudadano europeo, como otro cualquiera. Mediante esta carta quisiera trasladarle algunas reflexiones que, al hilo de los acontecimientos de esta semana, me han dejado un poso de amargura y preocupación.

Yo vivo en un país que, hace ya tiempo, decidió que nadie podía quedarse al margen del progreso social. Esto, en ocasiones, significa correr menos, pero correr juntos. Este sacrificio común, sin embargo, se torna satisfacción cuando uno hace un alto en el camino y ve que, a pesar de que el objetivo todavía está lejos en el horizonte, puede mirar hacia atrás y comprobar que no ha dejado a nadie en la cuneta.

Una semana de incertidumbre
Mi reflexión viene a colación de las dudas generadas entre la opinión pública y la ciudadanía europea respecto a la necesidad de un nuevo rescate griego. Primero fue sólo la incertidumbre en ausencia de posicionamientos, le siguió la oposición alemana, después las condiciones, luego la cumbre franco-alemana y, finalmente, se ha postergado la decisión delegando los términos del rescate en el BCE (Banco Central Europeo) y el FMI (Fondo Monetario Internacional), con un calculadamente prudente compromiso franco-alemán.

Seguramente, mi humilde perspectiva no alcance ver los motivos que subyacen a dicha escenificación. Sin embargo, no recuerdo posiciones tan ambiguas y dubitativas en los prolegómenos de los rescates bancarios.

Imperfecta, pero Europa
La Unión Europea de los estados que actualmente tenemos no es el escenario ideal que sueño. Anhelo la Europa de las naciones, donde incluso la mía tenga cabida. Pero no cabe en mi cabeza que esta Europa, aún siendo imperfecta, sea más firme en el rescate de las entidades bancarias (que tampoco tras el rescate han cumplido con su misión de dar liquidez a la economía) que en el rescate de los estados. Sobre todo, resulta difícil de entenderlo porque, detrás de ese estado, hay ciudadanos que ya sufren recortes sociales y no ven luz por ninguna parte.

Nada tenía que ver la escenificación de Sarkozy y Merkel con el discurso pronunciado por Robert Schumann el 9 de mayo de 1950, en el ‘Salón del Reloj del Quai d'Orsay’ de París. Schumann hablaba entonces de que Europa no se haría “de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho”.

Modelo de solidaridad
En los últimos tiempos, antes de la crisis, nos habíamos preocupado de reformular el modelo propio de Estado de Bienestar y Progreso basado en el conocimiento y la solidaridad persona a persona. Pensábamos que la solidaridad entre estados estaba garantizada, con fórmulas que habían funcionado, como los Fondos de Cohesión, por ejemplo. Pero esta crisis nos ha echado un nuevo pulso.

Me voy a permitir parafrasear a Robert Schumann, antes de despedirme. Creo, sinceramente, que el modelo de Europa que queremos no puede salvaguardarse sin unos esfuerzos creadores equiparables a los peligros que la amenazan. Europa debe construirse con realizaciones concretas que creen, en primer lugar, una solidaridad de hecho. 61 años más tarde, hagámoslo con Grecia.

Yours sincerely,

12/6/11

Cuatro años para...

Publicado en durangon.com, 12.06.2011

Los ayuntamientos constituidos ayer y las Juntas Generales de Bizkaia que se constituirán mañana, afrontan como nunca un puñado de retos a los que tendrán que hincarles el diente con la máxima celeridad. La magnitud de los retos, sus implicaciones para los ciudadanos y la responsabilidad obliga a ello.

…la Paz
A pesar de los episodios de ayer en Elorrio, que más parecen sacados de alguna crónica del pasado, los mandatarios municipales y forales afrontan una legislatura apasionante e ilusionante, en la que quizá todos vean cómo pueden dejar de llevar escolta y pasear por las calles sin compañía obligatoria.

Además, este tiempo se caracteriza por contar con el concurso de todas las sensibilidades políticas de este país en las instituciones. Ahí, y sólo ahí es donde debían haber estado siempre, haciendo política y gobernando en su caso. Espero, sinceramente, que llegadas las circunstancias, sepan (todos) ratificar que este camino no tiene vuelta atrás.

…el empleo
Es el reto ineludible, el primer punto de la agenda de todo edil que se precie. En estas columnas ya he proclamado el drama social y personal que supone el desempleo, no quisiera reiterarme. Es la principal preocupación de los ciudadanos, los mismos que el 22 de mayo fueron electores. Ayer, que muchos juraron su cargo “ante el pueblo soberano” no deberían esperar para cumplir con sus designios.

Son deseos conscientes de la dificultad de tamaña empresa. Sin embargo, merece la pena dejarse la piel en el intento. Como decía algún ilustre Lehendakari de este país, ‘el pueblo vasco premia a quienes lo intentan’. Que no duden en intentarlo unos y otros.

…las prestaciones sociales y la fiscalidad
Tenemos pendiente el debate de la fiscalidad en este país que, con las próximamente renovadas Diputaciones, deberán abordar los apoderados en Juntas Generales. En tanto en cuanto, las administraciones competentes para la recaudación fiscal en los cuatro territorios forales son las Diputaciones, no hay mejor momento para abordar dicho debate que ahora. La distancia con las próximas elecciones forales y un contexto económico lánguido, darán el necesario sosiego al debate y la debida prudencia a las propuestas.

Por un lado, el debate fiscal incluye entre sus aristas el destino de los montos recaudados, lo cual redefinirá el Estado del Bienestar del que no hemos dotado. Por el otro, la concepción de la justicia social también está incluida en el dilema, ya que la fiscalidad realiza una primera función en la redistribución de rentas dentro de una sociedad mediante los sistemas impositivos progresivos, los objetos de carga fiscal o los tipos de gravamen;. En el fondo, las preguntas son sencillas: para qué se pagan impuestos (las prestaciones) y, cuánto y sobre qué se pagan impuestos (diseño de política fiscal). Quizá la respuesta no sea tan sencilla…

…empezar ya
Sin lugar a dudas, estamos ante un tiempo ‘precioso’ (la Paz) en el que es ‘preciso’ no olvidarse de los problemas diarios (el empleo) de esta sociedad, que ‘precisa’ de dirigentes dispuestos a abordar las grandes disyuntivas (fiscalidad y Estado del Bienestar) que se le presentan. ¡No hay tiempo que perder! El reto es apasionante.

5/6/11

Contradictio in terminis

Publicado en durangon.com, 05.06.2011.

Este final de semana ronda mi cabeza, incesantemente, la noticia que confirma la reforma de la negociación colectiva por decreto, sin advenimiento de la representación laboral y empresarial. Parafraseando a algún dirigente, con la vista puesta en el retrovisor de los mercados, “estamos a quince minutos”.

Resulta complicado pensar que la negociación colectiva vaya a ser reformada sin el concurso explícito de las partes implicadas en la materia objeto de negociación, es decir, los representantes de los empleados, por un lado, y los representantes de los empleadores, por el otro. Pero más difícil de comprender resulta que quieran revisar la negociación colectiva vía decreto legislativo, cuando ésta es sinónimo de acuerdo de las partes hecho ley.

Fundamentos básicos
Las relaciones laborales son, en sí mismo, relaciones humanas entre dos partes que teniendo intereses distintos, se vinculan mutuamente para satisfacerlos juntos. Las prestaciones mutuas básicas son el salario, para el empleado, y el producto del trabajo, para el empleador. Hasta aquí no hemos introducido la legislación por ninguna parte, ni el Estado ha sido traído a colación.

Sin embargo, a lo largo de la historia –sobre todo de Europa- se ha considerado que esta relación, fundamentalmente humana, debía ser regulada de forma heterónoma, por un tercero, protegiendo a la parte más débil de la relación. Progresivamente, se ha desarrollado una legislación laboral, cuyos límites son infinitos.

Las relaciones laborales tienen dos dimensiones, la individual y la colectiva, porque se reconocen derechos que se ejercen de forma unívoca y otros de forma grupal. En este segundo grupo estarían los derechos de representación, huelga o negociación colectiva. Éste último se refiere al derecho que asiste a empleadores y empleados de acordar condiciones laborales generales, y que dicho acuerdo obligue a ambas partes, como si de una ley se tratara. Por tanto, estamos ante la máxima expresión de la autonomía de las partes para obligarse en su relación.

Contradicciones
Ahora nos proponen dos oxímorones que, mucho me temo, no serán sólo un recurso literario. Por un lado, proponen la intervención normativa en las relaciones laborales para reducir niveles de protección a la parte más débil, cuando el origen del derecho laboral es justo el contrario. Y por otro lado, pretenden regular la negociación colectiva sin el concurso de las partes que habrán de acogerse a las nuevas normas, cuando en la negociación colectiva se expresa de forma supina la capacidad de las partes de obligarse sin la intervención de un tercero.

Convendrán conmigo que esté desconcertado ante tanta contradicción, ¿verdad? Pero si miro a las partes que debían estar, noche y día, negociando los términos de la reforma -léase, sindicatos y patronales-, las contradicciones son aún mayores. Realmente quiero pensar que es sólo otro titular como los que esta semana se han abierto los noticiarios, sobre ‘la crisis de los pepinos’ o ‘la crisis de los himalayistas’. Desgraciadamente no puedo, porque esto es mucho más serio.