Publicado en DEIA y Noticias de Álava, 03.02.2013, by ekoberri
El convulso contexto actual obliga a todas las sociedades avanzadas, y la vasca no es una excepción, a enfrentarse al reto de reinventarse. La profunda crisis global ha dejado al descubierto algunas debilidades del sistema económico actual, y ha ayudado a cuestionar algunas de sus bases, principalmente aquellas que han facilitado su perversión. Afortunadamente, cada vez son más quienes dibujan un modelo de salida de la crisis que combina aparentes opuestos en un nuevo todo coherente.
Las simplificaciones ayudan a comprender mejor el funcionamiento de los fenómenos que analizamos, y resultan imprescindibles para abordar el análisis de un problema complejo. Muchas veces utilizamos esos modelos para emitir un juicio cuando tenemos que enfrentar una circunstancia nueva, sin darnos cuenta que en esa nueva realidad no podemos conducir con mapas del pasado; sencillamente porque los mapas no son la realidad, sino una representación, y porque la realidad es nueva.
Algo similar sucede cuando hablamos de empresas y organizaciones sociales. Está muy extendida la creencia de que las empresas mercantiles, las clásicas, crean valor económico, mientras que las entidades sociales crean valor social. Este planteamiento clásico de separación entre valor económico y valor social no refleja el hecho de que toda organización, sea cual sea su forma jurídica, es parte de un ecosistema, que interactúa con la sociedad y su medio físico. La interacción de las organizaciones con su entorno social y físico, genera impactos económicos, sociales y ambientales. Estos impactos pueden ser mayores o menores, en un sentido o en otro, pero se producen inexorablemente con la propia actividad organizacional.
La propia Estrategia Europa 2020 aboga por un crecimiento inteligente, inclusivo y sostenible. Incorpora esas tres dimensiones al frontispicio de la acción de gobierno de la Unión, huyendo de estrategias anteriores centradas únicamente en el crecimiento, que se han mostrado incapaces de elevar los niveles de cohesión social. Son esas tres dimensiones, al menos, las que se deben incorporar a un modelo de salida de la crisis. Y las organizaciones que per se en su actividad generan impactos en las tres dimensiones, deben cumplir un papel fundamental en el camino de salida.
En ese modelo de salida de la crisis que apenas se esboza en el horizonte, dos opuestos vuelven a coincidir; empresa y social, para dibujar algunas figuras que ya se atisban entre nosotros.
Una buena muestra se ha congregado estos pasados días 31 de enero y 1 de febrero, en el recinto ferial de Gipuzkoa FICOBA (Irun), donde se ha celebrado la Feria de Empresas de Inserción. Las empresas de inserción son una buena muestra de combinación de dos opuestos. Y afortunadamente hay muchos más casos de éxito cerca de nosotros que han conseguido, mediante fórmulas genuinas, aunar economía y desarrollo social. Por tanto, es posible que la lógica de la empresa se haga social y que llegue a quienes no llega la empresa clásica. Es posible que viviendo de sus productos y servicios, su objetivo vaya más allá de la maximización del beneficio.
Dividir la realidad en dos bloques, el de la lógica de la empresa que debe seguir su curso sin preocuparse apenas por las personas en situación de exclusión, y el bloque “ilógico” de los que tienen buen corazón y por eso empeñan su vida en recoger a los excluidos por la “lógica”, es seguir insistiendo en errores del pasado. No sería bueno seguir esa senda, entre otras razones, porque ni hay derecho a condenar a unos a la exclusión ni lo hay tampoco a destinar a otros a la inmoralidad. En la empresa social, caben “empresa” y “social” en un mismo concepto.
Beti bila dabilena...
3/2/13
17/5/12
El absentismo señala la luna
Publicado en durangon.com, 17.05.2012
Hace un par de semanas pude participar en una jornada organizada por el Programa para Garantizar el Derecho a la Educación en Bizkaia. La jornada viene siendo la puesta en común del trabajo que el Departamento de Educación del Gobierno Vasco, el Departamento de Acción Social de la Diputación Foral de Bizkaia y EUDEL, asociación de municipios vascos, hacen en Bizkaia desde el año 2003 para tratar de erradicar la desescolarización y el absentismo en el territorio Histórico.
En la primera parte de la mañana, contamos con la profesora de la UPV-EHU Iñaxi Aurruabarrena, que ha dirigido el grupo de trabajo para la elaboración del Instrumento Balora, instrumento para la valoración de la gravedad de las situaciones de desprotección de los menores. Se trata de un instrumento común para los Servicios Sociales Municipales y Forales de atención y protección a la infancia y adolescencia. Como no podía ser de otra forma, entre otros muchos indicadores de riesgo, la negligencia hacia las necesidades formativas (absentismo escolar) es uno de los indicadores que se evalúan para concluir sobre la situación de desprotección.
En la segunda mitad de la mañana, se presentaron los datos y conclusiones del informe, que por octavo año consecutivo, recoge de forma sistemática datos de desescolarización y absentismo.
Todavía hablando de absentismo
Algún lector, llegados a este punto, ya se habrá planteado si resulta necesario seguir hablando y prestando atención al absentismo escolar en Bizkaia; en una sociedad que se dice moderna, avanzada y homologable en Europa. Desgraciadamente sí. Todavía quedan menores cuyos derechos se ven vulnerados gravemente cuando sus progenitores o tutores no les escolarizan desde los 6 a los 16 años, periodo de escolarización obligatoria.
Antes de que se genere cualquier alarma, debo adelantar que los casos son pocos. Realmente, podrían llevarnos a la satisfacción, puesto que sólo el 1,5% de los alumnos de educación obligatoria presenta comportamientos absentistas. Apenas un puñado más que el año anterior. Pero siguen siendo alrededor de 1.400 menores.
El dedo que señala la luna, no es la luna
Analizando los datos que arroja el informe, se pueden extraer algunas conclusiones, pero sobre todo se pueden apuntar algunos fenómenos que explican el origen de la exclusión social de curso crónico, si se me permite la expresión. En este sentido, el indicador cuenta con algunas virtudes que merecen la pena ser destacadas:
1º El primer elemento a poner en valor es evidente, y no por ello menos importante: el derecho inalienable que toda persona tiene a desarrollarse plenamente, a desplegar todo su potencial… porque cada uno de esos 1.400 menores, también ellos, son un proyecto de vida en expansión. Es por tanto, un indicador del desarrollo de un país o territorio, del grado en que ese tótem denominado igualdad de oportunidades es una realidad, más allá de los discursos.
2º A nadie se nos escapa que la educación está directa y positivamente relacionada con el bienestar de las personas, de una sociedad e incluso de un país. Por tanto, invertir en educación es prevenir en servicios sociales, e invertir en bienestar.
3º Además, el absentismo es, en muchas ocasiones, sólo la punta del iceberg de una realidad socio-familiar compleja, a veces infancias en entornos desfavorecidos o estructuras familiares débiles. Por tanto, también sirve de predictor de un riesgo de exclusión o marginación latente.
4º Y de forma agregada, mirando los centros con mayor prevalencia, nos detecta municipios, barrios, zonas… realidades socialmente deprimidas o desfavorecidas, donde existen problemáticas estructurales cuyo abordaje debería realizarse en origen y de forma integral.
Camino a la luna
Por si no ha quedado patente hasta ahora, realmente veo que las potencialidades del programa son todavía muchas, más si cabe con el firme compromiso que en público y en privado han realizado las instituciones que lo sustentan. Ya se apuntan nuevas áreas de trabajo conjuntas para el curso 2012-2013, focalizando esfuerzos en edades más tempranas (incluso en periodos previos a la escolarización obligatoria) y en los barrios o municipios más afectados.
¿Quién lo iba a decir? En esta Europa que apunta en sus estrategias para 2020 a reducir el alumnado que no finaliza estudios de nivel superior al 10% (Bizkaia está en el 14,7%), que el absentismo sea todavía objeto de análisis y esfuerzo. ¿O quizá no vayamos desencaminados? Quizá haya varios dedos apuntando a la luna, y estemos hablando de la misma luna.
¡En fin! De cualquier modo, me quedan tres sentimientos positivos; de confianza, entusiasmo y ánimo, que renuevan la fuerza para seguir en el camino a la luna. La confianza de que el camino es la colaboración interistitucional, coordinada, conjunta. El entusiasmo de trabajar por el futuro, mediante el desarrollo personal pleno de los menores en edad escolar. Al fin y al cabo su futuro es el nuestro, el de un País que quiere avanzar en Europa y que no se puede olvidar de invertir: invertir en personas. Y el ánimo para no desfallecer y trabajar también por incluir a ese 1,5% que nos queda sin escolarizar o acudiendo de forma intermitente al centro escolar. Porque el futuro llegará de forma inexorable, y para que merezca la pena llegar, tenemos que llegar todos, sin dejar a nadie atrás.
Hace un par de semanas pude participar en una jornada organizada por el Programa para Garantizar el Derecho a la Educación en Bizkaia. La jornada viene siendo la puesta en común del trabajo que el Departamento de Educación del Gobierno Vasco, el Departamento de Acción Social de la Diputación Foral de Bizkaia y EUDEL, asociación de municipios vascos, hacen en Bizkaia desde el año 2003 para tratar de erradicar la desescolarización y el absentismo en el territorio Histórico.
En la primera parte de la mañana, contamos con la profesora de la UPV-EHU Iñaxi Aurruabarrena, que ha dirigido el grupo de trabajo para la elaboración del Instrumento Balora, instrumento para la valoración de la gravedad de las situaciones de desprotección de los menores. Se trata de un instrumento común para los Servicios Sociales Municipales y Forales de atención y protección a la infancia y adolescencia. Como no podía ser de otra forma, entre otros muchos indicadores de riesgo, la negligencia hacia las necesidades formativas (absentismo escolar) es uno de los indicadores que se evalúan para concluir sobre la situación de desprotección.
En la segunda mitad de la mañana, se presentaron los datos y conclusiones del informe, que por octavo año consecutivo, recoge de forma sistemática datos de desescolarización y absentismo.
Todavía hablando de absentismo
Algún lector, llegados a este punto, ya se habrá planteado si resulta necesario seguir hablando y prestando atención al absentismo escolar en Bizkaia; en una sociedad que se dice moderna, avanzada y homologable en Europa. Desgraciadamente sí. Todavía quedan menores cuyos derechos se ven vulnerados gravemente cuando sus progenitores o tutores no les escolarizan desde los 6 a los 16 años, periodo de escolarización obligatoria.
Antes de que se genere cualquier alarma, debo adelantar que los casos son pocos. Realmente, podrían llevarnos a la satisfacción, puesto que sólo el 1,5% de los alumnos de educación obligatoria presenta comportamientos absentistas. Apenas un puñado más que el año anterior. Pero siguen siendo alrededor de 1.400 menores.
El dedo que señala la luna, no es la luna
Analizando los datos que arroja el informe, se pueden extraer algunas conclusiones, pero sobre todo se pueden apuntar algunos fenómenos que explican el origen de la exclusión social de curso crónico, si se me permite la expresión. En este sentido, el indicador cuenta con algunas virtudes que merecen la pena ser destacadas:
1º El primer elemento a poner en valor es evidente, y no por ello menos importante: el derecho inalienable que toda persona tiene a desarrollarse plenamente, a desplegar todo su potencial… porque cada uno de esos 1.400 menores, también ellos, son un proyecto de vida en expansión. Es por tanto, un indicador del desarrollo de un país o territorio, del grado en que ese tótem denominado igualdad de oportunidades es una realidad, más allá de los discursos.
2º A nadie se nos escapa que la educación está directa y positivamente relacionada con el bienestar de las personas, de una sociedad e incluso de un país. Por tanto, invertir en educación es prevenir en servicios sociales, e invertir en bienestar.
3º Además, el absentismo es, en muchas ocasiones, sólo la punta del iceberg de una realidad socio-familiar compleja, a veces infancias en entornos desfavorecidos o estructuras familiares débiles. Por tanto, también sirve de predictor de un riesgo de exclusión o marginación latente.
4º Y de forma agregada, mirando los centros con mayor prevalencia, nos detecta municipios, barrios, zonas… realidades socialmente deprimidas o desfavorecidas, donde existen problemáticas estructurales cuyo abordaje debería realizarse en origen y de forma integral.
Camino a la luna
Por si no ha quedado patente hasta ahora, realmente veo que las potencialidades del programa son todavía muchas, más si cabe con el firme compromiso que en público y en privado han realizado las instituciones que lo sustentan. Ya se apuntan nuevas áreas de trabajo conjuntas para el curso 2012-2013, focalizando esfuerzos en edades más tempranas (incluso en periodos previos a la escolarización obligatoria) y en los barrios o municipios más afectados.
¿Quién lo iba a decir? En esta Europa que apunta en sus estrategias para 2020 a reducir el alumnado que no finaliza estudios de nivel superior al 10% (Bizkaia está en el 14,7%), que el absentismo sea todavía objeto de análisis y esfuerzo. ¿O quizá no vayamos desencaminados? Quizá haya varios dedos apuntando a la luna, y estemos hablando de la misma luna.
¡En fin! De cualquier modo, me quedan tres sentimientos positivos; de confianza, entusiasmo y ánimo, que renuevan la fuerza para seguir en el camino a la luna. La confianza de que el camino es la colaboración interistitucional, coordinada, conjunta. El entusiasmo de trabajar por el futuro, mediante el desarrollo personal pleno de los menores en edad escolar. Al fin y al cabo su futuro es el nuestro, el de un País que quiere avanzar en Europa y que no se puede olvidar de invertir: invertir en personas. Y el ánimo para no desfallecer y trabajar también por incluir a ese 1,5% que nos queda sin escolarizar o acudiendo de forma intermitente al centro escolar. Porque el futuro llegará de forma inexorable, y para que merezca la pena llegar, tenemos que llegar todos, sin dejar a nadie atrás.
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5/1/12
El capital social vasco, antes y ahora
Que nadie piense que me había olvidado de este blog. ¡No! Sólo era un paréntesis para absorber toda la información en mis nuevas funciones profesionales. Toda, toda… más bien, para absorber toda cuanta pudiera para afrontar los nuevos retos con garantías, con toda la información posible, para no defraudar. En esta ocasión, defraudar era defraudar a Bizkaia y sus gentes. Y eso son palabras mayores para quienes todavía sentimos un respeto reverencial hacia la gestión de la cosa pública.
Sí, y además, el listón está muy alto. En Bizkaia, las políticas sociales han llegado en los últimos años a niveles muy altos, equiparables a estándares del norte de Europa. De hecho, en algunas cuestiones (como ellos mismos reconocieron en la visita que desde Finlandia nos cursaron recientemente) hemos llegado a plantear algunas soluciones que ellos ahora buscan.
Pero que nadie se lleve a engaño; no ha sido mérito, fundamentalmente, de ninguno de los gobiernos que ha pasado por allí, ha sido fruto del empuje de la sociedad de Bizkaia, de su tejido social, de su tercer sector. Si de algo debemos estar orgullosos los vascos es de componer una sociedad vigorosa, viva… que ha sido capaz de tejer una red social muy rica en relaciones que ha fraguado en diferentes fórmulas a lo largo de la historia, para dar soluciones a los problemas o retos de la comunidad. Es sencillo plantear aquí algunos ejemplos de ello, puesto que cofradías y hermandades primero, y ahora las entidades del tercer sector, son el reflejo de esa solución comunitaria a los problemas de cada tiempo.
Este capital social vasco es insustituible, no se puede intervenir por los mercados, ni por el FMI, ni por el Banco Central Europeo… este capital social permitió que este país conservara hasta hoy su lengua y su cultura, y hoy podemos decir, que este capital social, ha permitido que Euskadi y Bizkaia conozcan los niveles de bienestar que hemos alcanzado.
No fueron las administraciones, fue el capital social, la sociedad civil organizada quien puso en marcha las ikastolas cuando la legislación no permitía la enseñanza en euskera. Después, y sólo después, vino la Administración Vasca a reconocerlas como parte de la red educativa vasca. No fueron las administraciones, fueron los trabajadores (entonces en paro en gran medida) quienes pusieron en marcha las primeras cooperativas en Mondragón, cuando la crisis (también entonces, y también la crisis) puso a muchas familias al borde de la pobreza. Después vino la Ley de Cooperativas (por cierto, ejemplo en toda Europa) a darles amparo legal. Por eso decía al inicio que el nivel de exigencia está muy alto, lo ha puesto la propia sociedad. Pero al mismo tiempo, siento que tenemos al mejor aliado posible para afrontar los nuevos retos, si sabemos canalizar su fuerza, la sociedad civil organizada.
Esos retos, que ahora se ven magnificados por el contexto económico, responden a los importantes cambios que se están produciendo en las sociedades occidentales. Así, el siglo XXI pone ante nosotros un envejecimiento de la población, que siendo una excelente noticia (indicador de avance social) hace revisar muchas de las políticas públicas diseñadas con una pirámide poblacional de amplia base, no con una pirámide poblacional invertida. También vivimos en una sociedad cada vez más atomizada, que ha hecho que el constructo social más básico, la familia, se haya reducido sustancialmente, hasta una media de 3 miembros. A ambos efectos ha contribuido, también, el descenso de la natalidad, sólo paliado por una inmigración que siendo baja (en niveles entre el 5-6% de la población) a nivel cuantitativo con nuestras comunidades vecinas, nos pone sobre la mesa dos retos cualitativamente muy importantes: la interculturalidad y la inclusión.
No faltan retos. Y tampoco faltan mimbres. Estoy seguro de que Bizkaia y Euskadi sabrá responder a ellos con la vieja fórmula del trabajo conjunto, acompañamiento de las administraciones y desde la sociedad civil. Al fin y al cabo, tampoco los retos de otros tiempos eran menores… ¡o eso nos han contado nuestros mayores!
Sí, y además, el listón está muy alto. En Bizkaia, las políticas sociales han llegado en los últimos años a niveles muy altos, equiparables a estándares del norte de Europa. De hecho, en algunas cuestiones (como ellos mismos reconocieron en la visita que desde Finlandia nos cursaron recientemente) hemos llegado a plantear algunas soluciones que ellos ahora buscan.
Pero que nadie se lleve a engaño; no ha sido mérito, fundamentalmente, de ninguno de los gobiernos que ha pasado por allí, ha sido fruto del empuje de la sociedad de Bizkaia, de su tejido social, de su tercer sector. Si de algo debemos estar orgullosos los vascos es de componer una sociedad vigorosa, viva… que ha sido capaz de tejer una red social muy rica en relaciones que ha fraguado en diferentes fórmulas a lo largo de la historia, para dar soluciones a los problemas o retos de la comunidad. Es sencillo plantear aquí algunos ejemplos de ello, puesto que cofradías y hermandades primero, y ahora las entidades del tercer sector, son el reflejo de esa solución comunitaria a los problemas de cada tiempo.
Este capital social vasco es insustituible, no se puede intervenir por los mercados, ni por el FMI, ni por el Banco Central Europeo… este capital social permitió que este país conservara hasta hoy su lengua y su cultura, y hoy podemos decir, que este capital social, ha permitido que Euskadi y Bizkaia conozcan los niveles de bienestar que hemos alcanzado.
No fueron las administraciones, fue el capital social, la sociedad civil organizada quien puso en marcha las ikastolas cuando la legislación no permitía la enseñanza en euskera. Después, y sólo después, vino la Administración Vasca a reconocerlas como parte de la red educativa vasca. No fueron las administraciones, fueron los trabajadores (entonces en paro en gran medida) quienes pusieron en marcha las primeras cooperativas en Mondragón, cuando la crisis (también entonces, y también la crisis) puso a muchas familias al borde de la pobreza. Después vino la Ley de Cooperativas (por cierto, ejemplo en toda Europa) a darles amparo legal. Por eso decía al inicio que el nivel de exigencia está muy alto, lo ha puesto la propia sociedad. Pero al mismo tiempo, siento que tenemos al mejor aliado posible para afrontar los nuevos retos, si sabemos canalizar su fuerza, la sociedad civil organizada.
Esos retos, que ahora se ven magnificados por el contexto económico, responden a los importantes cambios que se están produciendo en las sociedades occidentales. Así, el siglo XXI pone ante nosotros un envejecimiento de la población, que siendo una excelente noticia (indicador de avance social) hace revisar muchas de las políticas públicas diseñadas con una pirámide poblacional de amplia base, no con una pirámide poblacional invertida. También vivimos en una sociedad cada vez más atomizada, que ha hecho que el constructo social más básico, la familia, se haya reducido sustancialmente, hasta una media de 3 miembros. A ambos efectos ha contribuido, también, el descenso de la natalidad, sólo paliado por una inmigración que siendo baja (en niveles entre el 5-6% de la población) a nivel cuantitativo con nuestras comunidades vecinas, nos pone sobre la mesa dos retos cualitativamente muy importantes: la interculturalidad y la inclusión.
No faltan retos. Y tampoco faltan mimbres. Estoy seguro de que Bizkaia y Euskadi sabrá responder a ellos con la vieja fórmula del trabajo conjunto, acompañamiento de las administraciones y desde la sociedad civil. Al fin y al cabo, tampoco los retos de otros tiempos eran menores… ¡o eso nos han contado nuestros mayores!
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3/12/11
Gaur ospatu, urte guztian bizi!
2011ko abenduaren 3an, durangon.com -en argitaratua
Abenduaren 3a Euskararen Nazioarteko Eguna da. Gaur ospatzeko daukaguna, euskara, urte guztian komunikatzeko, pentsatzeko, jolasteko… bizitzeko erabili daigun!
Abenduaren 3a aukeratu izan dogu euskaldunok Euskararen Nazioarteko Eguna ospatzeko. Egia esan, ez naz ni ospakizun honeen zalea, baina tira!, guztiok ospatzen dogu gure urtebetetzea urtean behin, eta euskarak ere berea merezi dau.
Euskara eta hiztunak Durangon
EUSTATek (Euskal Estatistika Erakundea) argitaratzen dituen datuen arabera, durangarren %48,4ak euskalduntzat dauka bere burua, hau da, euskarazko irakurketa, idazketa eta hizkera maila altua dauka, eta %25,7ak ia-euskalduntzat dauka bere burua. Euskaldun hitzaren etimologiari jarraiki, (euskara + dun atzizkia) euskara daukienak dira euskaldunak, eta beraz, datu honeen arabera oso baikorrak izateko moduan gengokez.
Aldiz, euskararen erabileraren errealitatea bestelakoa da iturri bardinari arretaz behatuz gero: Durangon euskararen erabilera eguneroko bizitzan %16,8koa baino ez baita.
Ospakizunaren jatorriari so
Eusko Ikaskuntzako bazkide nazen aldetik, aldarrikatu beharrean nago 1949tik ospatzen dala Euskararen eguna, eta ez da ausazkoa Nafarroako patroia dan Xabierko Frantzisko deunaren egunarekin bat egitea, bera egun horretan, hil-zorian egoala, ahozkatu ebazan azken hitzak euskaraz izan baitziran.
Azken hitzak euskaraz, eta hortik Euskararen Nazioarteko Eguna. Hitz jokoa emoten dau, baina zer pentsatu ere emon beharko leuskigu. Hiztunak egiten dau euskara, hiztun barik ez dago hizkuntza bizirik… Horregatik, gaurkoan, Euskararen Nazioarteko Egunean ospakizuna baino, urtebetetzea ospatu beharko genduke: jaio ginan egunetik urtebetera, urte osoan zehar bizi izana ospatzen dogu urtebetetzean.
Euskararekin ere bardin gertatzea nahi neuke, abenduaren 3an ospatzea urte guztian bizi izan doguna: euskaraz bizi izana, hain zuzen ere. Durangon euskaldun izatea ondo dago, baina ospatzeko arrazoi gehiago izan daiguzan euskaldun lez bizi behar dogu datorren abenduaren 3ra arte. Beraz, gaur ospatu, ta urte guztian mintzatu, gozatu, pentsatu… bizi euskaraz!
Abenduaren 3a Euskararen Nazioarteko Eguna da. Gaur ospatzeko daukaguna, euskara, urte guztian komunikatzeko, pentsatzeko, jolasteko… bizitzeko erabili daigun!
Abenduaren 3a aukeratu izan dogu euskaldunok Euskararen Nazioarteko Eguna ospatzeko. Egia esan, ez naz ni ospakizun honeen zalea, baina tira!, guztiok ospatzen dogu gure urtebetetzea urtean behin, eta euskarak ere berea merezi dau.
Euskara eta hiztunak Durangon
EUSTATek (Euskal Estatistika Erakundea) argitaratzen dituen datuen arabera, durangarren %48,4ak euskalduntzat dauka bere burua, hau da, euskarazko irakurketa, idazketa eta hizkera maila altua dauka, eta %25,7ak ia-euskalduntzat dauka bere burua. Euskaldun hitzaren etimologiari jarraiki, (euskara + dun atzizkia) euskara daukienak dira euskaldunak, eta beraz, datu honeen arabera oso baikorrak izateko moduan gengokez.
Aldiz, euskararen erabileraren errealitatea bestelakoa da iturri bardinari arretaz behatuz gero: Durangon euskararen erabilera eguneroko bizitzan %16,8koa baino ez baita.
Ospakizunaren jatorriari so
Eusko Ikaskuntzako bazkide nazen aldetik, aldarrikatu beharrean nago 1949tik ospatzen dala Euskararen eguna, eta ez da ausazkoa Nafarroako patroia dan Xabierko Frantzisko deunaren egunarekin bat egitea, bera egun horretan, hil-zorian egoala, ahozkatu ebazan azken hitzak euskaraz izan baitziran.
Azken hitzak euskaraz, eta hortik Euskararen Nazioarteko Eguna. Hitz jokoa emoten dau, baina zer pentsatu ere emon beharko leuskigu. Hiztunak egiten dau euskara, hiztun barik ez dago hizkuntza bizirik… Horregatik, gaurkoan, Euskararen Nazioarteko Egunean ospakizuna baino, urtebetetzea ospatu beharko genduke: jaio ginan egunetik urtebetera, urte osoan zehar bizi izana ospatzen dogu urtebetetzean.
Euskararekin ere bardin gertatzea nahi neuke, abenduaren 3an ospatzea urte guztian bizi izan doguna: euskaraz bizi izana, hain zuzen ere. Durangon euskaldun izatea ondo dago, baina ospatzeko arrazoi gehiago izan daiguzan euskaldun lez bizi behar dogu datorren abenduaren 3ra arte. Beraz, gaur ospatu, ta urte guztian mintzatu, gozatu, pentsatu… bizi euskaraz!
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31/7/11
Keynesianismo fiscal
Publicado en durangon.com, 31.07.2011
Ya avanzábamos la semana pasada algunas de las claves para enmarcar el debate sobre fiscalidad, que había tomado las primeras páginas de los medios de comunicación del país. Como corolario, debemos recordar al menos tres claves de las esbozadas allí; primero, que la política fiscal en Euskadi le corresponde a las Diputaciones; segundo, que en cualquier caso sólo les corresponden los impuestos directos, a saber que son principalmente el IRPF (la renta) y el Impuesto de Sociedades; y por último, que no existen barreras al cambio de domicilio fiscal, que es lo que determina si los impuestos se pagan en Euskadi o fuera.
Políticas económicas
Desde una perspectiva macroeconomica clásica, existen cinco objetivos económicos finalistas de todo gobierno, que según su ideología, antepone unos a otros. Estos objetivos son crecimiento, control de la inflación, reducción del desempleo, equilibrio exterior y redistribución de la renta y la riqueza. Para la consecución de estos objetivos, los gobiernos cuentan con diferentes herramientas, que venimos a denominar políticas económicas.
No me quisiera extender en este punto, pero sirva decir que desde la entrada en la Unión Europea y, posteriormente, la asunción del Euro como moneda única, sólo han quedado en manos de los estados de la Zona Euro las políticas fiscales, de forma íntegra, y las presupuestarias con la limitación de los criterios de estabilidad (por ejemplo, límite al déficit público) que mutuamente se imponen los estados. De ahí la importancia de hacer, en Euskadi, un debate sosegado sobre política fiscal. El Concierto Económico y la Ley del Cupo ponen a Euskadi en niveles de soberanía fiscal y presupuestaria equiparables a cualquier estado europeo.
Panorama fiscal
Según un informe anual del EUROSTAT sobre tendencias fiscales en la Unión Europea (“Taxation trends in the European Union” EUROSTAT 2010), el estado está en niveles de impuestos sobre el consumo (principalmente el IVA) en niveles un 3% inferiores a la Euro Zona, y algo más sobre la Europa de los 27 estados.
Sin embargo, y según las mismas fuentes, la imposición directa sobre las empresas (Impuesto de Sociedades) en la Zona Euro es del 25,7%, mientras que los tres Territorios Históricos de la Comunidad Autónoma mantienen un tipo general del 28%. En lo que respecta al IRPF, los tipos máximos en la Zona Euro están en el 42,4% y el 37,5% en la Europa a 27, mientras en Bizkaia está en el 45%, dos puntos por encima del estado.
Con todo, si bien se debe reconocer que la presión fiscal en Euskadi es menor que en Europa (al menos un 6%, en términos de PIB), las principales diferencias a la baja se producen en los impuestos indirectos (IVA), mientras que los impuestos directos están en niveles equiparables.
La política fiscal keynesiana
Desde mi punto de vista, las políticas públicas (la fiscal está entre ellas) deben realizar una función de corrección de las imperfecciones o consecuencias perniciosas que la economía, por sí sola, produce. En los momentos en que el ciclo económico es bajista, como sucede ahora que hay un 11,6% (según el INE a 30.06.2011) de la capacidad humana de trabajar sin empleo y muchos centros de trabajo producen por debajo de su capacidad máxima, la política económica debe tratar de minimizar esas ineficiencias. Se deberían, por tanto, de realizar políticas públicas anti-cíclicas. Se trata de evitar las recesiones largas, e intentar volver a una fase de expansión duradera y sostenida.
¿Qué debemos hacer con los impuestos en época de crisis? Tomar la posición anime la economía. Pero ¡cuidado!, porque ni Euskadi es una isla en Europa, ni tiene todas las competencias fiscales. Por tanto, en este momento de crisis todos los esfuerzos deben centrarse en que la economía se recupere. Una vez arrancado un ciclo expansivo, se deberán tomar medidas fiscales que ayuden a sostener un estado del bienestar cada vez más necesitado de recursos. Y para atinar bien, deberemos mirar los diferenciales con nuestros vecinos europeos que, todo apunta, están en el IVA y los impuestos indirectos.
Ya avanzábamos la semana pasada algunas de las claves para enmarcar el debate sobre fiscalidad, que había tomado las primeras páginas de los medios de comunicación del país. Como corolario, debemos recordar al menos tres claves de las esbozadas allí; primero, que la política fiscal en Euskadi le corresponde a las Diputaciones; segundo, que en cualquier caso sólo les corresponden los impuestos directos, a saber que son principalmente el IRPF (la renta) y el Impuesto de Sociedades; y por último, que no existen barreras al cambio de domicilio fiscal, que es lo que determina si los impuestos se pagan en Euskadi o fuera.
Políticas económicas
Desde una perspectiva macroeconomica clásica, existen cinco objetivos económicos finalistas de todo gobierno, que según su ideología, antepone unos a otros. Estos objetivos son crecimiento, control de la inflación, reducción del desempleo, equilibrio exterior y redistribución de la renta y la riqueza. Para la consecución de estos objetivos, los gobiernos cuentan con diferentes herramientas, que venimos a denominar políticas económicas.
No me quisiera extender en este punto, pero sirva decir que desde la entrada en la Unión Europea y, posteriormente, la asunción del Euro como moneda única, sólo han quedado en manos de los estados de la Zona Euro las políticas fiscales, de forma íntegra, y las presupuestarias con la limitación de los criterios de estabilidad (por ejemplo, límite al déficit público) que mutuamente se imponen los estados. De ahí la importancia de hacer, en Euskadi, un debate sosegado sobre política fiscal. El Concierto Económico y la Ley del Cupo ponen a Euskadi en niveles de soberanía fiscal y presupuestaria equiparables a cualquier estado europeo.
Panorama fiscal
Según un informe anual del EUROSTAT sobre tendencias fiscales en la Unión Europea (“Taxation trends in the European Union” EUROSTAT 2010), el estado está en niveles de impuestos sobre el consumo (principalmente el IVA) en niveles un 3% inferiores a la Euro Zona, y algo más sobre la Europa de los 27 estados.
Sin embargo, y según las mismas fuentes, la imposición directa sobre las empresas (Impuesto de Sociedades) en la Zona Euro es del 25,7%, mientras que los tres Territorios Históricos de la Comunidad Autónoma mantienen un tipo general del 28%. En lo que respecta al IRPF, los tipos máximos en la Zona Euro están en el 42,4% y el 37,5% en la Europa a 27, mientras en Bizkaia está en el 45%, dos puntos por encima del estado.
Con todo, si bien se debe reconocer que la presión fiscal en Euskadi es menor que en Europa (al menos un 6%, en términos de PIB), las principales diferencias a la baja se producen en los impuestos indirectos (IVA), mientras que los impuestos directos están en niveles equiparables.
La política fiscal keynesiana
Desde mi punto de vista, las políticas públicas (la fiscal está entre ellas) deben realizar una función de corrección de las imperfecciones o consecuencias perniciosas que la economía, por sí sola, produce. En los momentos en que el ciclo económico es bajista, como sucede ahora que hay un 11,6% (según el INE a 30.06.2011) de la capacidad humana de trabajar sin empleo y muchos centros de trabajo producen por debajo de su capacidad máxima, la política económica debe tratar de minimizar esas ineficiencias. Se deberían, por tanto, de realizar políticas públicas anti-cíclicas. Se trata de evitar las recesiones largas, e intentar volver a una fase de expansión duradera y sostenida.
¿Qué debemos hacer con los impuestos en época de crisis? Tomar la posición anime la economía. Pero ¡cuidado!, porque ni Euskadi es una isla en Europa, ni tiene todas las competencias fiscales. Por tanto, en este momento de crisis todos los esfuerzos deben centrarse en que la economía se recupere. Una vez arrancado un ciclo expansivo, se deberán tomar medidas fiscales que ayuden a sostener un estado del bienestar cada vez más necesitado de recursos. Y para atinar bien, deberemos mirar los diferenciales con nuestros vecinos europeos que, todo apunta, están en el IVA y los impuestos indirectos.
24/7/11
La fiscalidad a debate
Publicado en durangon.com, 24.07.2011
Esta semana ha sido intensa en noticias de carácter económico, tanto a nivel internacional como estatal. En Euskadi, también la cuestión económica preocupa, y ha ocupado a nuestros dirigentes esta semana. Hace sólo algunas semanas, avanzábamos en esta columna los posibles grandes retos en esta legislatura foral, entre los que se encontraba la fiscalidad. Ya ha arrancado el debate. El Lehendakari López ha llamado a los flamantes Diputados Forales para tratar el asunto.
Consideraciones previas
Se trata de un tema que exige un análisis sosegado, por las implicaciones que tiene a todos los niveles. Para ello, es necesario conocer el marco en que se encuadran todos los posibles movimientos, muy condicionado por tres factores.
Si bien las Haciendas Forales vascas de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra, son las instituciones competentes en materia tributaria en sus respectivos Territorios Históricos, el Estado se reserva el derecho a regular los impuestos indirectos en exclusiva, cuyo máximo exponente es el IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido). En consecuencia, el primer factor a considerar es que el margen de maniobra se limita a los impuestos directos, que son principalmente el Impuesto de Sociedades y el IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas), su equivalente para las personas físicas. Ambos gravan las ganancias generadas por las empresas o personas que residen en el Territorio durante el año.
No hay fronteras
Por su lado, y como segundo elemento clave, no podemos olvidar que existe libertad de circulación de personas, bienes, servicios y capitales dentro de la Unión Europea (Tratado de Maastricht, 1992), y como parte de ella, quien hoy reside en Bilbao mañana puede, libremente, optar por vivir en Castro-Urdiales. Y esto que, en ocasiones, ha sido objeto de chanza política, tiene su trascendencia, ya que esa persona deja de pagar impuestos en Bizkaia para pagarlos a la Agencia Tributaria estatal.
Y como tercer elemento, debemos señalar que corresponde a cada Territorio Histórico la regulación fiscal, si bien la Ley del Concierto Económico reserva al Parlamento Vasco la potestad armonizadora en casos de diferencias importantes entre los tributos de los diferentes territorios.
Por tanto, el margen de maniobra que obra en manos de las Diputaciones Forales, es realmente estrecho, ya que cualquier medida de calado puede provocar una fuga de personas o empresas que tributan.
La base, el tipo y las deducciones
El diseño de la política fiscal puede abordar básicamente tres áreas; los tipos de gravamen, la base sobre la que se aplica el tipo y las deducciones. Dicho de una forma más sencilla, sobre qué se va a pagar (la base), cuánto de eso se va a pagar (el tipo, en %) y los descuentos (las deducciones).
Como cualquier lector habrá ya concluido, estamos ante un asunto complejo, que requiere de análisis, mucho debate y trabajo. Y, dice un buen amigo mío que, no es bueno confundir urgencia con precipitación. Sí, urge abrir un debate sobre fiscalidad en este país. Sin embargo, guiarse por “minoraciones presupuestarias previsibles para el año 2012” –extracto del documento del Lehendakari-, sabiendo que la elaboración presupuestaria de 2012 debe culminar en otoño del presente año, puede ser precipitación. Desde esta columna, intentaremos seguir desgranando y aportando elementos sujetos al juicio, siempre inteligente, del lector.
Esta semana ha sido intensa en noticias de carácter económico, tanto a nivel internacional como estatal. En Euskadi, también la cuestión económica preocupa, y ha ocupado a nuestros dirigentes esta semana. Hace sólo algunas semanas, avanzábamos en esta columna los posibles grandes retos en esta legislatura foral, entre los que se encontraba la fiscalidad. Ya ha arrancado el debate. El Lehendakari López ha llamado a los flamantes Diputados Forales para tratar el asunto.
Consideraciones previas
Se trata de un tema que exige un análisis sosegado, por las implicaciones que tiene a todos los niveles. Para ello, es necesario conocer el marco en que se encuadran todos los posibles movimientos, muy condicionado por tres factores.
Si bien las Haciendas Forales vascas de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra, son las instituciones competentes en materia tributaria en sus respectivos Territorios Históricos, el Estado se reserva el derecho a regular los impuestos indirectos en exclusiva, cuyo máximo exponente es el IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido). En consecuencia, el primer factor a considerar es que el margen de maniobra se limita a los impuestos directos, que son principalmente el Impuesto de Sociedades y el IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas), su equivalente para las personas físicas. Ambos gravan las ganancias generadas por las empresas o personas que residen en el Territorio durante el año.
No hay fronteras
Por su lado, y como segundo elemento clave, no podemos olvidar que existe libertad de circulación de personas, bienes, servicios y capitales dentro de la Unión Europea (Tratado de Maastricht, 1992), y como parte de ella, quien hoy reside en Bilbao mañana puede, libremente, optar por vivir en Castro-Urdiales. Y esto que, en ocasiones, ha sido objeto de chanza política, tiene su trascendencia, ya que esa persona deja de pagar impuestos en Bizkaia para pagarlos a la Agencia Tributaria estatal.
Y como tercer elemento, debemos señalar que corresponde a cada Territorio Histórico la regulación fiscal, si bien la Ley del Concierto Económico reserva al Parlamento Vasco la potestad armonizadora en casos de diferencias importantes entre los tributos de los diferentes territorios.
Por tanto, el margen de maniobra que obra en manos de las Diputaciones Forales, es realmente estrecho, ya que cualquier medida de calado puede provocar una fuga de personas o empresas que tributan.
La base, el tipo y las deducciones
El diseño de la política fiscal puede abordar básicamente tres áreas; los tipos de gravamen, la base sobre la que se aplica el tipo y las deducciones. Dicho de una forma más sencilla, sobre qué se va a pagar (la base), cuánto de eso se va a pagar (el tipo, en %) y los descuentos (las deducciones).
Como cualquier lector habrá ya concluido, estamos ante un asunto complejo, que requiere de análisis, mucho debate y trabajo. Y, dice un buen amigo mío que, no es bueno confundir urgencia con precipitación. Sí, urge abrir un debate sobre fiscalidad en este país. Sin embargo, guiarse por “minoraciones presupuestarias previsibles para el año 2012” –extracto del documento del Lehendakari-, sabiendo que la elaboración presupuestaria de 2012 debe culminar en otoño del presente año, puede ser precipitación. Desde esta columna, intentaremos seguir desgranando y aportando elementos sujetos al juicio, siempre inteligente, del lector.
10/7/11
La innovación está ahí fuera
Publicado en durangon.com, 10.07.2011.
No puedo ocultar que estoy ilusionado con la visita que esta próxima semana realizaré junto a algunos profesionales vascos a Barcelona. Concretamente, viajaremos a Cornellà de Llobregat, sede de “Citilab”, principal objetivo en la visita.
Citilab – Cornellà
La ciudad supera los ochenta mil habitantes, y como casi todo el cinturón industrial de Barcelona, ha tenido que reinventarse económicamente a finales del siglo pasado. Su otrora boyante industria decayó en el último cuarto del siglo XX, y lo que fuera pujanza económica se tornó desesperanza. Sin embargo, los signos de tiempos pasados persistían; barrios obreros construidos de forma desordenada, colectivos de trabajadores procedentes de toda la geografía estatal y edificios industriales en estado ruinoso eran la fotografía del vetusto Cornellà.
Había que afrontar los nuevos tiempos, transformarse, y para hacer ese cesto los mimbres estaban a la vista. Citilab es un icono de esa trasformación. Ubicado en una fábrica textil del siglo XIX, el centro ha conseguido convertirse en un lugar de encuentro de ciudadanos, empresas y profesionales que utilizando las tecnologías como medio, tratan de crear nuevas realidades, nuevos usos, nuevas formas de interacción, nuevos negocios…
Nuevas formas… pero esencialmente humanas
Volviendo a los motivos que nos han llevado a mirarles como experiencia ejemplar, debo afirmar que me fascinan dos vertientes. Por un lado, en Citilab han sido capaces de poner en el centro al factor humano, relegando a la tecnología a un segundo plano. Por el otro, han buscado la innovación fuera de las empresas, fuera de los centros tecnológicos, fuera de las instituciones, y han encontrado que los ciudadanos, los mayores –o ‘seniors’, que gustan decir ellos-, los desempleados…, organizados y dinamizados son capaces de crear e innovar.
De mis columnas o ‘posts’ rezuma un convencimiento evidente: la primacía del factor humano sobre el tecnológico, o cualquier otro. Simplemente este hecho podría explicar el alineamiento con el proyecto Citilab. Pero es que además, en estos últimos tiempos me he encontrado con algunas sorpresas en la búsqueda de la innovación para el mundo de las personas mayores. Sí, buscando innovación entre tecnólogos y centros tecnológicos, he encontrado verdadera creación en las propias personas mayores. Viajamos, por tanto, a Citilab en busca de formas de sistematizar esta creación innovadora entre personas.
La innovación está ahí fuera
A este guiso, que a fuego lento se ha ido cocinando en los últimos tiempos, he de añadir el aderezo que algún buen amigo del colectivo OBEA en la Universidad de Mondragón ha realizado. Ya han asesorado a empresas e instituciones a organizar su entorno para innovar, incluyendo en el proceso a clientes, proveedores y agentes externos, además de profesionales y departamentos de la propia organización. Predican y ejercen la innovación abierta, entre cuyas aristas se encuentra la “user driven innovation” o innovación liderada por el propio usuario, que es el modelo teórico más cercano que he encontrado para encuadrar Auzolan Senior.
Cada vez la innovación viste menos bata blanca y frecuenta menos los laboratorios, para habitar en ciudadanos disfrazados de ‘seniors’ en ciertas ocasiones, usuarios en otras o proveedores en algún caso. De todas formas, hay algún axioma que sigue impertérrito; la frase del pintor Pablo R. Picasso lo resume muy gráficamente: “cuando llegue la inspiración (innovación), procura que te pille trabajando”.
No puedo ocultar que estoy ilusionado con la visita que esta próxima semana realizaré junto a algunos profesionales vascos a Barcelona. Concretamente, viajaremos a Cornellà de Llobregat, sede de “Citilab”, principal objetivo en la visita.
Citilab – Cornellà
La ciudad supera los ochenta mil habitantes, y como casi todo el cinturón industrial de Barcelona, ha tenido que reinventarse económicamente a finales del siglo pasado. Su otrora boyante industria decayó en el último cuarto del siglo XX, y lo que fuera pujanza económica se tornó desesperanza. Sin embargo, los signos de tiempos pasados persistían; barrios obreros construidos de forma desordenada, colectivos de trabajadores procedentes de toda la geografía estatal y edificios industriales en estado ruinoso eran la fotografía del vetusto Cornellà.
Había que afrontar los nuevos tiempos, transformarse, y para hacer ese cesto los mimbres estaban a la vista. Citilab es un icono de esa trasformación. Ubicado en una fábrica textil del siglo XIX, el centro ha conseguido convertirse en un lugar de encuentro de ciudadanos, empresas y profesionales que utilizando las tecnologías como medio, tratan de crear nuevas realidades, nuevos usos, nuevas formas de interacción, nuevos negocios…
Nuevas formas… pero esencialmente humanas
Volviendo a los motivos que nos han llevado a mirarles como experiencia ejemplar, debo afirmar que me fascinan dos vertientes. Por un lado, en Citilab han sido capaces de poner en el centro al factor humano, relegando a la tecnología a un segundo plano. Por el otro, han buscado la innovación fuera de las empresas, fuera de los centros tecnológicos, fuera de las instituciones, y han encontrado que los ciudadanos, los mayores –o ‘seniors’, que gustan decir ellos-, los desempleados…, organizados y dinamizados son capaces de crear e innovar.
De mis columnas o ‘posts’ rezuma un convencimiento evidente: la primacía del factor humano sobre el tecnológico, o cualquier otro. Simplemente este hecho podría explicar el alineamiento con el proyecto Citilab. Pero es que además, en estos últimos tiempos me he encontrado con algunas sorpresas en la búsqueda de la innovación para el mundo de las personas mayores. Sí, buscando innovación entre tecnólogos y centros tecnológicos, he encontrado verdadera creación en las propias personas mayores. Viajamos, por tanto, a Citilab en busca de formas de sistematizar esta creación innovadora entre personas.
La innovación está ahí fuera
A este guiso, que a fuego lento se ha ido cocinando en los últimos tiempos, he de añadir el aderezo que algún buen amigo del colectivo OBEA en la Universidad de Mondragón ha realizado. Ya han asesorado a empresas e instituciones a organizar su entorno para innovar, incluyendo en el proceso a clientes, proveedores y agentes externos, además de profesionales y departamentos de la propia organización. Predican y ejercen la innovación abierta, entre cuyas aristas se encuentra la “user driven innovation” o innovación liderada por el propio usuario, que es el modelo teórico más cercano que he encontrado para encuadrar Auzolan Senior.
Cada vez la innovación viste menos bata blanca y frecuenta menos los laboratorios, para habitar en ciudadanos disfrazados de ‘seniors’ en ciertas ocasiones, usuarios en otras o proveedores en algún caso. De todas formas, hay algún axioma que sigue impertérrito; la frase del pintor Pablo R. Picasso lo resume muy gráficamente: “cuando llegue la inspiración (innovación), procura que te pille trabajando”.
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